Perche ti amo: Capítulo 7

Capítulo 7:

Todo los músculos del cuerpo se le habían helado al ver aquella imagen. Todas las alarmas de su cuerpo comenzaron a resonar por su cabeza, haciéndola sabedora que debía moverse y alejarse de la escena del crimen. Sí, porque después de todo estaba espiando a su mejor amiga. Eso, en una relación permanente de amistad era motivo de divorcio. Por lo que empleando toda la fuerza movió las piernas hasta alejarse de la puerta. A unos metros comprobó donde podía huir para evaluar lo que acababa de ver. No quería sacar conclusiones precipitadas, porque después de todo Sakura era su mejor amiga e Itachi, todavía no había logrado encontrar un nombre para su relación, pero en ese momento supo que no haría falta. Su mejor amiga y el hombre que amaba estaban juntos, no había otra opción. Una voz ingenua susurraba en su oído que quizás eran hermanos, pero aquel simple pensamiento le hizo estallar en una risa histérica. Logró acurrucarse en una esquina de un salón, dónde había cuatro sofás blancos y un punto ciego. Escondió su cabeza entre las rodillas y comenzó a llorar en silencio. Ya había pedido la cuenta de cuantas veces había llorado por ese hombre. Quizás, esa era una señal del destino para pasar página y olvidarse de él. Porque después de todo, los novios de las amigas no se tocaban. Era una ley no escrita. Aún acurrucada e ingenua, quería pensar que quizás sólo quizás, ella le había conocido antes y tendría motivos para luchar, pero algo en el abrazo que ellos compartieron le hizo entender que después de todo, siempre había sido la amante. Jamás había subido o bajado de categoría. Era la amante y punto. Se mordió el labio cuando una ola de sollozos amenazaba por salir en el momento que oyó como la puerta se volvía abrir y Sakura salía despidiéndose de Itachi. Contó hasta cinco antes de salir a encontrarse con su amiga, porque sabía que si no lo hacía, tarde o temprano descubriría que había salido de la habitación. Con la manga de la camisa se enjuagó los ojos, se pellizco las mejillas y esbozó una sonrisa falsa. Supo al momento que cuando su amiga la viera la sometería al tercer grado, pero durante los segundos que tardo en reunirse con ella, tramó un plan perfecto.

- ¿Estás bien?- preguntó la amiga preocupada mientras se acercaba a ella y le cogía de las manos.
- Si, lo estoy.- forzó aún más la sonrisa.- Es que me perdí.- mintió muy convencida.- Tú casa es muy grande, y está todo oscuro.

A pesar de que la mentira era de presecolar Sakura se la tragó. Las dos rieron de lo tonta que era y pasaron al comedor. Durante la cena, ninguna de las dos hablaba, pero la pelirosa le enviaba miradas nerviosas, mientras que se removía en la silla. Más de una vez estuvo tentada en preguntarle que le ocurría, pensando que así soltaría prenda sobre la presencia de Itachi en su casa, pero si lo hacía, estaría confesando que los habría visto. Y como bien suponía, no era algo grato que pillaran a los amantes gozando de su amor, por lo que se limitó a comer e ignorar el rostro triste de su amiga.
Al terminar la cena las dos volvieron a la habitación y tan pronto como tocaron la cama se quedaron dormidas. Entre sueños, Hinata pensó que todo lo que estaba pasando era un plan de su amiga. Traerla a casa, someterla al tercer grado y luego hincharla a comida, para luego dejarla dormir. No sabía como iba a terminar, pero antes de poder imaginárselo ya se había quedado frita.

Solía tener un sueño pesado, pero aquella noche el ruido del viento chocar contra las ventanas hizo bien su papel. Logró despertarla. Con los ojos bien abiertos, sintiendo los pies helados de su amiga y un nudo en el pecho, comprendió que por muchas ovejas que contara el sueño no volvería a ella. Por lo que, con un maraña como pelo, el pijama arrugado y un resto de baba en los labios, se levantó de la cama y salió de la habitación.
Bien como había mentido antes, la casa era lo suficiente grande para perderse y ella había logrado volver aquella mentira en verdad. No sabía en que parte se encontraba, pero conocía lo suficiente la mente de los Harunos, para saber que esa era la parte B de la casa, lugar donde Sakura viviría con su marido. Después de todo, estaba habilitada para vivir en cualquier momento. Sintió una punzada en el pecho al comprobar que la idea de que fueran hermanos, era absolutamente una estúpida fantasía. Se mordió el labio y comenzó a caminar por las salas decoradas, pasar la mano por los muebles y llegar a un pequeño recibidor con tres puertas. Se quedó mirando la nada, cuando se mareó y tropezó con una pequeña mesa. En ella había un jarrón chino, con un valor tan grande como toda la casa, por lo que cuando vio que el objeto caía utilizó todos sus reflejos para cogerlo. En su proeza no reparó en que una de las puertas se abrían y alguien salía.

- Merodear por casas ajenas se considera allanamiento de morada y es motivo de unos años en la cárcel. ¿Sabe?- habló una voz ronca y que hizo que Hinata gimiera.

Quiso girarse para poder golpearse con el precioso rostro de Itachi, pero aún tenía el jarrón en la mano y eso suponía algo mucho más importante que seguir lastimando su casi inexistente orgullo. Con cuidado dejó el jarrón en la mesa y aguantando el aire se giró para encararse a su amante. O eso es lo que quería creer. Él abrió los ojos sorprendido cuando la vio.

- ¿Hinata?¿Qué haces aquí?
- También puedo preguntarte lo mismo.- Una vez había estudiado que el duelo tenía unas facetas, y después de haberse estado lamentado durante toda la noche, comprendió que ahora se encontraba en la ira.- ¿Sueles dejar a tus amantes tiradas sin llaves y con una nota falsa?- le acusó cruzándose de brazos.
- Por favor, no… es momento de hablar de eso.- susurró algo incómodo mirando a los lados vacíos.
- ¿Y cuando lo va a ser?¿eh?- gritó.- ¿Cuando retoces con Sakura y te canses de ella?¿Eh?

El rostro de Itachi se volvió una máscara de dolor y sintió durante unas milésimas de segundo pena por él, después el enfado siguió su curso. Él la miraba algo aturdido, pasándose las manos por el pelo con desesperación, hasta que en un rápido movimiento la cogió de la muñeca y la llevó dentro de la habitación. Sin dejar que ella se quejara la tiró en la cama y se colocó encima suya. Mucho antes de que su cerebro reaccionara, sentía como todo su cuerpo pedía a gritos que ese hombre la poseyera ahí mismo.

- ¡Eres un cretino!- logró gemir cuando sintió sus labios sobre su cuello.- ¡Sakura es tu novia!- en ese momento Itachi se detuvo y la miro extrañado.
- Lo estás interpretando mal…- habló él aún a cierta distancia de ella.
- ¡Oh claro! Ahora estoy loca ¿no?- agregó con desdén.

Durante un momento ninguno dijo nada, tan sólo se oía el latir de sus corazones y se sentía la tensión del ambiente. Ella, con la respiración entrecortada y sintiendo que sus fuerzas flaqueaban decidió cortar la distancia entre ambos. Se incorporó y empujó con suavidad a Itachi hasta liberarse de su cuerpo pecador. Cuando estaba cerca de la puerta y con las piernas, no entendió como había tenido la fuerza para hacerlo. Sakura es mi amiga, Sakura es mi amiga. Se repetía una y otra vez mientras se dirigía a la puerta. Estaba apunto de cruzar la puerta cuando sintió como los brazos de Itachi se cerraban en su cintura y sus labios le tocaban el oído.

- Sólo una noche. Por favor.- pidió.


En ese momento toda sus fuerzas y su ética desaparecieron. 

Comentarios

  1. ¡Oh! Cada vez se pone más interesante, aunque Hinata tiene una seguridad inexistente por momentos y se monta unas películas xD

    Me paso al próximo capítulo :D

    Bye!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Come Back!

Buscando al hombre perfecto. Cap.1

La Enfermedad del "Amor"