Perche ti amo: Capítulo 9
Capitulo 9:
La mano de él cerrándose
sobre la suya, el ruido de sus pasos y el frío del aire, nada de eso
fue capaz de hacerla despertar. Sentía que todo pasaba a una
lentitud sobrehumana, podía ver como el rostro de la gente se
contraría de disgusto cuando ellos pasaban a su lado corriendo. Nada
parecía detener su marcha y ella no soltaba su mano. Sentía como
tiraba de ella, sentía como su cuerpo le decía que le siguiera y
como su cabeza gritaba que debía detenerse. Pero cuando quiso darse
cuenta, ya era demasiado tarde. Demasiado tarde para arrepentirse,
demasiado tarde para negar lo que iba a ocurrir.
La sábana de seda le
acariciaba la piel desnuda, mientras las manos de él iban
acariciando cara rincón de su cuerpo que no ardía. No sabía donde
estaba, no sabía donde habían quedado sus cosas y tampoco cómo
habían llegado ahí. Nada importaba.
Jadeó cuando sintió como
los labios de Itachi repartían pequeños besos en su ingle, como sus
manos jugueteaban con sus pechos y su lengua buscaba impaciente el
salado sabor de su esencia. Se mordió el labio cuando sintió su
lengua entrando en ella. Buscó a ciegas la cara de Itachi, para
levantarlo y besarlo. No fue un beso tierno. Fue un beso lleno de
deseo, de necesidad del otro. Todo su cuerpo actuaba por impulso,
buscando cada parte del otro y deseando unirse. Sintió como la
erección dura de él entraba en ella, abriendose paso con increíble
dulzura y reclamando cada vez más. Gimió cuando entró. Había oído
que la primera vez dolía, pero no lo había entendido hasta ese día.
No dolía solo el hecho de que la estuvieran rompiendo por dentro,
sino por el hecho de lo que ello suponía. Estaba quebrando la norma
no dicha entre las amigas, pero cuando Itachi la besaba todo dejaba
de tener sentido. La lealtad,el orgullo, el ego… la amistad. Nada
importaba.
Entre los brazos de Itachi
el tiempo parecía transcurrir de una forma diferente. Sabía que
pasaban los días porque detrás de las cortinas podía ver como
salía y se ocultaba el sol. Una vez detrás de otra. Día, noche,
día, noche. El mundo seguía rodando mientras ella se hundía entre
los besos y las caricias de él.
- ¿Qué haremos ahora?-
preguntó él mientras acariciaba la espalda desnuda y sudada de
ella.
- Te quiero.- respondió
ella mientras le daba pequeños besos en su pecho.
Era cierto que los besos
despistan hasta al hombre más frío del planeta. Itachi sonrió
cuando los labios de ella cubrieron los suyos. A pesar de que tenían
mucho que hablar, la ola del deseo los volvió a dominar y antes de
que pudieran decir nada más, se volvieron una masa de gemidos y
jadeos que no volverían a ser personas, hasta que expulsaran cada
pequeña gota de deseo del otro.
- No podemos seguir así…-
jadeó ella con la respiración entrecortada y aún sintiendo dentro
a Itachi.- Tenemos que movernos.- intentó no reír cuando los dedos
juguetones de él se cerraban sobre sus pezones.- Si sigues así…-
gimió.- no podré concentrarme.
- Es que eso es lo que
quiero…-canturreó él mientras comenzaba a moverse dentro de ella.
Eso mismo se repetía una
y otra vez. Parecía que el deseo y el amor era algo inagotable. A
pesar que al responsabilidad pesaba en sus hombros, los besos y las
caricias lo escondían, haciendo que el hecho de pensar y decidir lo
dejaran para otro día. Y así, estuvieron mucho tiempo hasta que el
móvil de Itachi sonó. Trayéndolos de vuelta a la realidad. A su
realidad. En teoría los dos estaban en París; él trabajando en un
caso, ella estudiando.
- ¿Si?- atendió a la
llamada sin mirar a la pantalla.
A pesar de que ella tan
sólo podía ver la espalda desnuda y el inicio de su agradable
trasero, comprobó que el que hablaba en la otra línea era una
persona importante. Todos los músculos de su espalda se tonificaron,
su postura se volvió erguida y el tono de su voz, se volvió
correcto y ronco.
- Sakura, todo va bien.-
suspiró pasándose la mano por la cabeza.- Sí, llegué bien.-
mintió.- He estado…- giró para ver a Hinata, que le contemplaba
con las mejillas sonrosadas y con ojos culpables.- ...ocupado.-
dibujó una sonrisa, se acercó a ella y le beso en los labios.- No
te preocupes, pronto estaré contigo.
Al cerrar la llamada se
dejó caer sobre el cuerpo de Hinata, la besó, la abrazó y penetró
una y otra vez, hasta que ninguno de los dos pudo más. Esa llamaba
había acabado con la poca locura que les quedaba. La vida seguía.
Habían tenido sus días. Habían tenido su desliz, ahora todo debía
comenzar otra vez.
Los dos en el areopuerto,
cogido de las manos y sentados en el avión. Hinata apoyó la cabeza
en su hombro y cerró los ojos. En Francia la cosa debía ser
diferente.
Había comenzado las
clases tres semanas más tarde de lo acordado. Intentó buscar una
excusa convincente, pero sabía que no la encontraría, por lo que
confesó que había estado disfrutando de unos días salvajes por
París. Su profesor y responsable la miró de arriba a abajo y
decidió que no iba a llamar a sus padres. Después de todo, tendría
problemas si lo hacía. Aquel episodio fue borrado de su mente,
porque Hinata pronto comenzó a ser la estudiante ejemplar de la
Universidad. Las dudas sobre ella habían acabado, y por fin, la
dejaron tranquila.
A pesar de que en el avión
habían prometido no verse, la energía del otro los atraían y
cuando se querían dar cuenta, estaban envueltos en sábanas y
caricias. Parecía que nada podía ir mejor. Sexo, libertad, amor y
diversión.
- Creo que me he vuelto un
adicto a ti…- rió mientras le acariciaba el pelo con dulzura.-
Volver a Japón será difícil.- susurró.
- Lo sé, pero aún falta
tiempo…- ronroneó disfrutando de la caricia.
Tiempo. Eso era lo que
necesitaban. Cuando los dos se quisieron dar cuenta el trabajo y los
exámenes le cayeron encima, haciendo imposible que se vieran o se
hablaran. A pesar de que vivían a pocos kilometros, ninguno podía
salir de donde estaba. La libertad y diversión, al igual que el sexo
y el amor habían acabado.
Vuelta a la realidad.
El aereopuerto estaba
lleno; risas, niños corriendo y ruido por cada rincón. Aunque
estuvieran uno al lado de otro, no pudieron oír lo que decía el
otro. Al igual que dentro del avión. Las horas del vuelo pasaron
llenas de escándalo, momentos incómodos y ninguna conversación
sincera entre ellos.
En la recogida de maletas,
cuando los dos tenían cada uno la suya se miraron con tristeza. Todo
había terminado. Se besaron con intensidad, a escondidas de la gente
y cuando sus labios se separaron cada uno fue por un camino
diferente.
Su tregua había acabado.
¡Oh! Y yo que me imaginaba que eran solos imaginaciones de Hinata que Itachi tenía novia owo
ResponderEliminarMuy lindo el capítulo <3
Bye!